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domingo, 25 de septiembre de 2016

UN PESTAÑEO



UN PESTAÑEO

“No es que me asuste la muerte.
Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda”
. -Woody Allen

Basta un solo pestañeo para que todo cambie, la fragilidad de esa delgada línea existente entre la vida y la muerte puede romperse en cualquier momento, podemos caernos en la calle, en la ducha o tener un accidente de trafico. No somos conscientes, ni deberíamos de serlo del acecho constante de la muerte en cada acto de la vida, pero si deberíamos ser conscientes de que en cualquier pestañeo podemos dejar de existir, a lo cual debemos vivir la vida con toda la intensidad que nos sea permitido, respirar como si cada inspiración fuese la última, admirar y agradecer cada momento que vivimos.

Como un pestañeo en el tiempo es también el cambio de una sociedad moribunda que decide levantarse y protestar, que decide dejar la esclavitud a la que la someten los sistemas burocráticos creados por sus dirigentes. Pero para eso aun falta mucho en nuestra sociedad, en una ciudadanía conformista y miedosa, más pendiente de no perder sus falsos privilegios que de querer cambiar las cosas para mejorar el futuro de las siguientes generaciones. No quereos ni tenemos ganas de mejorar las cosas, hablamos mucho de como cambiar el planeta, de como mejorar la sociedad, de como evitar que destruyamos nuestro mundo, se firman tratados que nadie cumple, se imponen multas que paga la ciudadanía, pero que va a parar a manos de unos políticos serviles de las grandes fortunas mundiales, pero que no sirven para mejorar las cosas. Es una pena que se hable tanto pero realmente se actúe tan poco, o mas bien nada.

Un pestañeo, un cerrar y volver a abrir los ojos, es lo que separa el mundo de los soñadores de la realidad, de encontrarse de frente con un mundo lleno de posibilidades tapiado por los sistemas implantados por esos desconocidos dirigentes en la sombra, que nos impiden llegar a un futuro mejor, aunque no pierdo la esperanza de que un día la sociedad pestañee, despierte de este largo letargo, y derribe ese muro para acceder a un mundo mejor y más igual para todos.

César Gorín
25/09/2016

jueves, 22 de septiembre de 2016

CRISIS



"Las crisis pulen tu vida.
En ellas descubres lo que realmente eres."
Allan K. Chalmers.


CRISIS

Uno de los primeros recuerdos que tengo de mi padre es de cuando yo tenía poco más de cuatro años, caminaba por el arcén de la carretera agarrado de su mano después de ir a hacer unos recados, y a cada coche que pasaba yo le preguntaba si valdría cien pesetas.
Cien pesetas en los años de la crisis de los 70 eran muchas pesetas, sobre todo para gentes humildes de un pueblo en el que la mayoría de sus habitantes estaban sin trabajo. La crisis de hoy no difiere mucho de la de aquellos tiempos, sólo que en aquellos tiempos las personas estaban acostumbradas a estar sin nada, porque nada habían tenido en los últimos 30 años. La sociedad de hoy está acostumbrada a un nivel de vida del que no queremos bajarnos, a unas necesidades creadas en las falsas apariencias, y a un egoísmo exacerbado.

Mis recuerdos de aquellos tiempos, aun no enterándome de mucho o más bien de nada de lo que pasaba más allá de las cuatro casas que estaban alrededor, es la de la solidaridad, la de que todo el mundo ayudaba a todo el mundo, de las madres que iban al ultramarinos y compraban a fiado, y las cuentas eran las que apuntaban en una libreta, y cuando llegaba el marido con el sobre a casa, lo primero que se hacía era pagar al ultramarinos.
Ningún hijo protestábamos porque no teníamos el último modelo de zapatillas nike o adidas, o el móvil de la manzanita, la ropa la mayor de las veces era heredada de hermanos o primos, y tan cucos que íbamos.

Quizás queremos dar todo lo que no tuvimos a nuestros, y de ahí el pecado de no decir nunca que no a nada, o de no saber tampoco cómo decirlo, y a pesar de las dificultades que existen en muchas casas, los padres siguen haciendo esfuerzos para que los hijos tengan aquello que desean, para que no se sientan discriminados con los compañeros de clase, o con los del equipo deportivo.

Nosotros, las personas de a pie, no somos los causantes de la crisis, como tampoco lo fueron nuestros padres de la que a ellos les tocó vivir, y cuando miro a las grandes empresas obteniendo cada vez más beneficios tras haber despedido a cientos de trabajadores, a los banco que cada vez obtienen más y más beneficios, y cobran comisiones por todo, tras tener que inyectarle miles de millones que acabamos pagando los ciudadanos, el comportamiento del gobierno, recortando en lo más importante que tiene una sociedad, La educación y la sanidad, y como con esos recortes, contratos de privatizaciones, los amigos de estos gobiernos se enriquecen a cuenta de los ciudadanos, no puedo hacer más que enfurecerme en un principio y entristecerme después ante la impotencia que sentimos.

Aun así creo que existe la esperanza de un cambio, la posibilidad de recapacitar en el camino que llevamos y hacer las cosas de mejor manera, aprender de los errores que hemos cometido y mejorar. Tengo esperanza, porqué creo en el ser humano.

César Gorín

22/09/2016

miércoles, 21 de septiembre de 2016

LIBERTAD



LIBERTAD

Hoy repasando el Facebook, me encontré un comentario que me hizo pensar:
"La libertad casi no existe y cuando existe es considerada como delincuencia, como locura o como inmoralidad"
Y es que realmente la libertad no existe, todos somos esclavos de algo, de los niños, del trabajo, de nuestras familias, del sexo, del dinero, pero sobre todo somos esclavos de nuestros propios miedos.
Libertad, que palabra más hermosa, que falsa ilusión creada y vendida por quienes nos manejan, nos dirigen en todo lo que hacemos, y nos crean necesidades que nos mantienen prisioneros, prisioneros de un móvil de ultimo diseño, de un coche, una casa, un trabajo con el que conseguir el dinero para pagar todo lo que realmente no necesitamos, nos venden la falsa felicidad, el sexo en películas haciéndonos creer que ese es el sexo real, o las vacaciones en los lugares más paradisiacos.
Nos venden y dirigen a todo aquello que ellos quieren, y nosotros como borregos vamos en rebaño, sin darnos cuenta que somos esclavos de los señores que tanto despreciamos.

Libertad, esa utopía que nos hacen creer que tenemos en las manos, que por decir lo que pensamos somos libres, cuando durante años nos han bombardeado con programas televisivos y publicidades en las que dirigían nuestros pensamientos hacia donde ellos querían.

La libertad, acaba donde comienza la de los demás, o eso nos han vendido durante años, todos tenemos derecho a ser libres, a hacer lo que nos venga en gana, siempre que lo que hagas este dentro de las normas de los demás, normas impuestas por quienes nos manejan, entonces ¿eso es libertad?

Creo que la libertad no ha existido nunca, siempre hemos sido esclavos a excepción de unos pocos que son amos, no siquiera los pájaros con su capacidad para volar, no son libres, son prisioneros de las migraciones, de no poder escoger entre el cielo y la tierra.

En el único lugar que se es libre, es en el mundo de los sueños, es cuando la mente se expresa con total libertad, hace y dice lo que quiere, viaja a donde quiere y no le tiene que rendir cuentas a nada ni a nadie, y para eso no siempre, pues de vez en cuando, nuestros propios miedos salen a relucir en esos momentos, interrumpiendo la libertad.

César Gorín

21/09/2016